domingo, 6 de abril de 2014

Soda Stereo - Soda Stereo


Soda Stereo saca su primer disco en 1984, titulado con el nombre de la banda. Era la vuelta de la democracia, edulcorada, corroída por un discurso posmoderno que empezaba a latir a veces estrenduosamente, a veces de manera silenciosa, pero que ya empezaba a configurarse como una cosmovisión hegemónica, luego de una dictadura sangrienta que había tallado a sangre y fuego en el imaginario social la idea del “no te metas”. Para los círculos del “status quo del rock” (de ayer y de hoy), la irrupción de Soda Stereo en la escena musical represento justamente la llegada de ese discurso y de esa postura al rock nacional. Por no poseer en sus letras un mensaje claramente “comprometido”, al mejor estilo del rock de los 70`, o una estética surrealista, se los encasillo de livianos, conformistas, simplistas y embrutecedores. Parecía que para desentramar al poder, hacía falta utilizar la palabra pueblo, campesino, policía, etc., o hacer alusiones sobre las instituciones a través de imágenes al estilo Alicia en el país de Seru Giran. Soda Stereo sería por varias décadas considerado lo opuesto del rock, sería puesto en el lugar del conformismo, y paralelamente sería una de las influencias más grandes del nuevo rock Argentino y latinoamericano de la década de los 90', 00', y en está década actual.
A la luz del tiempo, creo que el primer disco de Soda Stereo se puede leer de una manera distinta a la que ofrecen las lecturas que se desprenden de esos conceptos con que tanto insiste cierta ortodoxia del rock. El primer disco de los Soda esta empapado de un tono celebratorio y crítico de la posmodernidad, con cierto aire bufaron acerca de los cambios operados en la sociedad. Se ríen del hedonismo (mi novia tiene biceps), hacen gala de ser un conjunto dietético, nos invitan a consumir por que el peligro se ha disipado, empiezan a ver como las fronteras entre lo “masculino” y lo “femenino” se empezaban desdibujaban, ha tornarse más flexibles (prueba de ello era la producción estética de sus shows, sus vestimentas, sus peinados y hasta de su maquillaje), ya que como definirá a la versión del tema de Melero, Trátame Suavemente Cerati dirá: “Me gustan las composiciones de Melero, sobretodo tiene cosas muy interesantes en las letras. Aquí, sin ser un tema gay creo que la letra apunta hacia la destrucción del machismo. Muchas veces los hombres también necesitan ser tratados suavemente. No es necesario siempre aparecer como un tipo rudo.” Desde el humor observan la nueva configuración de valores dominantes que empezaba a asomar la cabeza, celebrando ciertas libertades, pero criticando el culto al cuerpo como patrón de belleza, del culto a lo material y al dinero, como en la canción Jet Set: “Tengo mi agenda perfumada, Todas mis noches programadas, voy a esos clubes privados, y me alquilé un convertible colorado, con esa gente diferente, yo me codeo, ¡Que tipo inteligente!”. De una manera simple, sin tantos eufemismos, los Soda entran de lleno en el corazón de la posmodernidad para atacarlo desde el centro mismo, con sus mismas herramientas, pero no como un deja vu conservador ni como un grito nostalgico pidiendo la vuelta de los valores de la modernidad con su racionalidad técnica y productivista llevada a cada rincón de lo social, apresando al individuo en una vida gris masificada, sino como certeza de que en ese giro conservador que se estaba dando, habitaban elementos que podía servir para que las personas se liberen de prejuicios y ataduras tan difundidos durante el siglo XX que en ese momento estaba pasando por sus últimos años.